Pasan los años, los géneros cambian, las modas también, pero hay nombres que jamás se borran. Uno de ellos, sin discusión, es Michael Jackson. No solo fue un cantante, fue un símbolo mundial de la música, el entretenimiento y la creatividad. A más de una década de su muerte, sigue inspirando a millones, no solo por sus canciones, sino por su arte, sus coreografías, su visión y su lucha por la perfección.
Amado, criticado, imitado y perseguido: Michael no fue solo una estrella, fue un universo.
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